Conociendo la Historia de la clasificación de los seres vivos

Árbol de la vida
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Conociendo la Historia de la clasificación de los seres vivos

Primeras Investigadores

Una de las primeras personas que se preocupó por este tema fue Aristóteles. Este gran sabio griego estudió a los animales según su comportamiento y hábitat, dividiéndolos en terrestres y acuáticos. Luego sus estudios fueron ampliados por uno de sus discípulos, llamado Teofrasto que estudió las plantas.

La Clasificación de Linneo

En el siglo XVIII, cuando los naturalistas empezaron sus viajes por todo el mundo en busca de otras variedades de seres vivos, se reconoció la necesidad de encontrar una nueva forma de clasificados. Es aquí donde surge la figura del gran naturalista sueco Carl Von Linne, conocido como Linneo, que ideó la base del actual sistema de clasificación, que sustenta en la afinidad de características morfológicas que hay entre los diferentes organismos. También reconoció la necesidad de que los seres vivos tuvieran un nombre científico. 

El tercer reino de Haeckel

En 1866 el biólogo alemán  Ernst Heinrich Haeckel propuso un tercer reino, el protista, en el cual quedaban incluidos los seres microscópicos de células eucariotas y seres procariotas, lo que marcaba una diferencia muy grande con los conocimientos que se tenían hasta entonces.

Los aportes de Wittaker

En el siglo XX, el biólogo norteamericano Robert Harding Whittaker propuso atender otros criterios de clasificación, como la cantidad de células que conforman un organismo, la presencia o ausencia de núcleo definido en sus células y el tipo de nutrición. Estableció cinco reinos: mónera, protista, fungí, vegetal y animal.

En la actualidad

Estamos en la era de la “taxonomía molecular” y se ha llegado al punto de la comparación del ADN entre los organismos buscando homólogos  a través de la técnica de “Hibridación del ADN”

Las diferencias o semejanzas en la composición molecular de los seres vivos es muy útil, casos clásicos los ofrecen la clasificación de algas en base a sus pigmentos y a subproductos de almacén. También se comparan las proteínas como la hemoglobina, citocromos, albúminas (para taxonomía de huevos de aves), etc.
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