¿En qué consiste la respiración?
Normalmente se denomina respiración al conjunto de movimientos que permiten la salida y entrada de aire a los pulmones. Sin embargo, la respiración celular es un proceso mediante el cual los nutrientes se degradan en presencia del oxígeno, liberando la energía que contienen para que sea usada por las células.
La reacción de la respiración es:
Normalmente se denomina respiración al conjunto de movimientos que permiten la salida y entrada de aire a los pulmones. Sin embargo, la respiración celular es un proceso mediante el cual los nutrientes se degradan en presencia del oxígeno, liberando la energía que contienen para que sea usada por las células.
La reacción de la respiración es:
El intercambio de gases entre la atmósfera y la sangre es realizada por el aparato respiratorio, que está estrechamente relacionado con el circulatorio. El proceso mediante el cual se renueva el oxígeno contenido en los pulmones se produce mediante la inspiración o inhalación de aire y la espiración o expulsión de aire.
El Aire que Respiramos
En la inspiración, el aire que ingresa a las fosas nasales donde se calienta, se humedece y se filtra por las pequeñas vellosidades de esas cavidades. De ahí pasa a la garganta y, a través de la laringe desciende por la tráquea, que se bifurca en dos bronquios para conducirlo hacia ambos pulmones. Cada bronquio se subdivide continuamente en conductos cada vez más delgados, de manera semejante a como se distribuyen las ramas en un árbol, por eso, esta bifurcación se llama árbol respiratorio. Las divisiones bronquiales terminan en diminutas vesículas llenas de aire llamadas alveolos pulmonares, que disponen de delgadísimas paredes celulares en contacto con los capilares sanguíneos. Es aquí donde ocurre el intercambio gaseoso, ya que el oxígeno del aire en los alveolos pasa a la sangre de los capilares y ésta, a su vez, deja en los alveolos el vapor de agua y el dióxido de carbono producto de la respiración celular.
El Aire que Respiramos
En la inspiración, el aire que ingresa a las fosas nasales donde se calienta, se humedece y se filtra por las pequeñas vellosidades de esas cavidades. De ahí pasa a la garganta y, a través de la laringe desciende por la tráquea, que se bifurca en dos bronquios para conducirlo hacia ambos pulmones. Cada bronquio se subdivide continuamente en conductos cada vez más delgados, de manera semejante a como se distribuyen las ramas en un árbol, por eso, esta bifurcación se llama árbol respiratorio. Las divisiones bronquiales terminan en diminutas vesículas llenas de aire llamadas alveolos pulmonares, que disponen de delgadísimas paredes celulares en contacto con los capilares sanguíneos. Es aquí donde ocurre el intercambio gaseoso, ya que el oxígeno del aire en los alveolos pasa a la sangre de los capilares y ésta, a su vez, deja en los alveolos el vapor de agua y el dióxido de carbono producto de la respiración celular.
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