La locomoción de los animales vertebrados
La locomoción en el agua
El agua opone considerablemente resistencia al movimiento. Los peces se han adaptado a ella generando movimientos contorneantes gracias a la aleta caudal (de la cola). En los delfines y las ballenas, las extremidades anteriores están convertidas en aletas que les permiten torcer y girar. La cola termina en una aleta caudal que se mueve hacia arriba y hacia abajo facilitando la propulsión.
La locomoción en el aire
Sólo tres grupos de animales han logrado resolver el reto de volar: las aves, los insectos y los murciélagos. Para ello utilizan estructuras llamadas alas. La mayor limitación que genera el vuelo es el gasto de energía requerido para elevar al individuo y desplazarlo a través del aire.
Los murciélagos tienen antebrazos y cuatro de los dedos de los miembros anteriores muy alargados. Entre los dedos existe una membrana que permite el vuelo. En las aves cuyo cuerpo está cubierto de plumas, los miembros anteriores están convertidos en alas. La cola funciona como timón contribuyendo al vuelo. Las aves poseen huesos largos delgados y con espacios llenos de aire.
La locomoción sobre la tierra
Los movimientos de los animales sobre la tierra requieren de extremidades capaces de desplazar al individuo. El problema de la locomoción sobre la tierra se ha resuelto de varias maneras: los animales terrestres se desplazan con cuatro patas – tetrapodismo - como las vacas: con dos extremidades bipedismo, como en el hombre o reptando como las serpientes.
Los osos tienen las patas adaptadas para andar, los dedos muy fuertes y enormes uñas para trepar. En las patas anteriores falta un dedo. Al caminar el osos apoya toda la planta del pie, por eso se le llama “plantígrado”. El perro apoya sólo los dedos: es “digitígrado”. Los caballos al caminar apoyan sólo las uñas que forman el casco: son “ungulígrados”.
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